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quarta-feira, 8 de maio de 2013

BRAZIL: POR QUE TU CALAS FRENTE A VIOLÊNCIA CONTRA MULHERES?

¿Qué habrá sentido aquella mujer?
Juan Arias
Por: Juan Arias
06 de mayo de 2013


No conocemos su nombre. Sólo que tenía unos 30 años. Joven. Viajaba en un autobús de línea desde una favela hacia el centro de Río. Sin duda iba a trabajar como miles de otras mujeres. O a estudiar de noche, como ya hacen muchas de esas mujeres sacrificadas que desean redimirse de su pobreza atávica.



En aquel autobús le esperaba una cruel humillación: entró un hombre con una arma en la mano. Asaltó a uno por uno a todos los pasajeros, generalmente trabajadores. Les dejó limpios.



No se contentó, sin embargo con eso. Anunció que iba a escoger a una de las mujeres para estuprarla allí, en la frente de todos.



Con frialdad, fue recorriendo su vista sobre aquellas trabajadoras y escogió a una de ellas para divertirse con ella.



Obligó a los otros pasajeros a apiñarse en el fondo del autobús y con la pistola en la sien de la escogida, se la llevó al lado del conductor y allí, sin soltar el arma corta de su cara, la violentó ante los ojos atónitos de los pasajeros.



En Río, estamos acostumbrados a leer en las crónicas episodios de mujeres estupradas. Hasta dicen las autoridades aliviadas que en el mes de marzo se rebajó el número de ese crimen pasando en relación a febrero de 164 a 160, o sea, casi cinco estupros diarios.



Una de las últimas víctimas había sido una niña de 14 años, en Leblón, el barrio noble de la ciudad.





Hace poco más de un mes, una joven turista americana fue también estuprada en Copacabana, a la vista de su compañero en un microbús pirata que se pasaba por un medio público autorizado.



En aquella ocasión, los dos hombres que estupraron a la turista in tentaron después “venderla” a unos individuos que la rechazaron bajo la escusa de que estaba “podre”. Nueva terrible humillación para la joven.



Esta vez sin embargo, el estupro de la mujer en el autobús, ante los ojos de todos, después de haber sido escogida a sangre fría, ha colmado el vaso de la indignación ciudadana.



Todos aquellos que no han perdido en esta sociedad amasada de violencia, el sentido de la dignidad humana y una pizca de dolor frente a los humillados se preguntan qué habrá sentido aquella mujer en su corazón, al ser humillada de aquella forma en lo más profundo de su dignidad.



La crónica cuenta que el criminal se bajó después tranquilo del autobús y que la policía lo busca pero aún no lo ha localizado. Uno más que se pierde en las sombras de la impunidad. Y si es preso, volverá a las suyas dentro de unos meses.



La mujer violentada fue llevada a un hospital para medicarla preventivamente contra el sida. Y ya ha desaparecido de la crónica. Ahora estará intentando curarse de aquella herida en su alma.



¿Lo conseguirá o arrastrará aquella humillación hasta la tumba?



Mientras tanto los nuevos ataques de carácter sexual que se van repitiendo en pleno día en medios públicos en Río preocupan a las autoridades en vísperas del Mundial de Futbol y a tres años de las Olimpiadas que atraerán a la ciudad a cientos de miles de turistas.





En la agenda del alcalde de Río, Eduardo Paes, figura con urgencia el tema grave de la seguridad de los pasajeros en los medios públicos de locomoción de la ciudad y alrededores.



En Río ruedan diariamente 40.000 autobuses, sin contar los micros, tanto legales como o ilegales, un universo al que es imposible ofrecer seguridad a los usuarios



Esa multiplicación de empresas de autobuses, muchos de los cuales viajan medio vacíos, se debió sobretodo en el pasado, a las llamadas mafias del autobús, en connivencia con políticos a los que financiaban en las campañas electorales.



La acumulación de autobuses lleva también a una falta de conductores preparados para saber reaccionar ante un asalto, por ejemplo, algo ya rutinario en la ciudad. Acaban siendo contratados personas sin experiencia de esos vehículos públicos, que acumulan hasta un centenar de multas.



Los últimos días se han multiplicado, por ejemplo, en la ciudad el número de personas atropellados y muertos por los autobuses mientras esperaban en las paradas.



A veces, Río, apellidada la “ciudad maravillosa”, puede resultar más dura y cruel de lo que aparece.



¿Cómo la apellidará hoy aquella mujer humillada en el autobús y con ella esas dos mil mujeres estupradas cada año en la ciudad, a veces en plena calle?





Ps. Leia o artigo com as respectivas fotografias no blog de Juan Arias. Motivo: falhas no meu computador que rejeitou as imagens. Pardon me
http://blogs.elpais.com/vientos-de-brasil/


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