BRAZIL: DIGITE SUA SENHA...

SENHAS DE INSEGURANÇA

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 Sérgio Antunes de Freitas

Já não é possível guardar na memória tantas senhas necessárias ao nosso acesso virtual às contas bancárias, cartões de crédito, redes sociais, escolas, laboratórios, redes de trabalho e outros, em razão de uma vida moderna plenamente informatizada.

E disso podemos tirar uma conclusão: quanto menos importante é uma senha, mais complexa é a sua utilização.

Talvez a do banco seja a mais importante de todas e, no meu caso, é a mesma há mais de vinte anos, sem nunca ter apresentado qualquer problema de segurança.

Já outras, como as dos aplicativos que uso no trabalho, sou obrigado a atualizar todo mês.

Esse não é o único problema. A toda hora, os responsáveis pela “política de senhas” criam uma nova restrição.

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Quando aparece a frase “troque a sua senha”, nosso mundo começa a desabar. Bate a insegurança. Será que vou conseguir?

Colocamos um conjunto de caracteres e lá vem a restrição: “a senha não pode ser igual, no todo ou em parte, às últimas oito senhas”.  E eu vou lembrar, pombas?

Ou aparece: “a senha não pode ter caracteres repetidos”.

Ou, ainda, “a senha deve ter obrigatoriamente letras e números”.

Não podem ser nomes dos meses, nomes de frutas, verduras, nomes de jogadores de futebol nem ídolos das novelas. Também não pode ser o apelido da mamãe de quem inventa essas coisas.

As crianças que se ocupam dessa gerência lúdica não devem ter estudado análise combinatória. Quanto mais restrito é o universo de possibilidades, maior é a probabilidade de descoberta de uma senha, ou seja, eles jogam contra o patrimônio. No fundo, só querem brincar de adedonha.

Enquanto isso, o ráquer – aportuguesei – já pulou a exigência de senhas e transferiu dinheiro público para seu primo, em quantidade comedida, para não ser descoberto pelas auditorias ou controladorias.

Como não devem ter muita coisa para fazer, esses meninos inventam outros absurdos, muito provavelmente para justificarem seus salários.

Há meses, em uma dessas mudanças, apareceu mais um filtro: “a senha não pode conter parte do seu nome”. A parte eram as letras “de”, uma preposição!

Dom Pedro de Alcântara Francisco António João Carlos Xavier de Paula Miguel Rafael Joaquim José Gonzaga Pascoal Cipriano Serafim de Bragança e Bourbon, se vivesse hoje, precisaria recorrer à National Aeronautics and Space Administration - NASA, todo mês, para descobrir uma nova palavrinha que satisfizesse às expectativas dos garotos.

É tradicional, com razões históricas, a exigência de letras minúsculas para a composição dessas palavras secretas e já estamos acostumados com isso. Mas é bom desacostumar!

www.google.com.br/images. A geração senha, ops, Y!

Na renovação da senha de um determinado aplicativo que uso no trabalho, apareceu um aviso, após a minha primeira tentativa: “Esta senha é muito fraca”. (Meu Deus, agora vou ter que dar comida pra elas?)

Depois de várias ligações telefônicas mal atendidas, um espírito abençoado me explicou o segredo. Era necessária a inclusão de, pelo menos, uma letra maiúscula.

Já deve ter algum danado desses imaginando uma coisa assim, que ele batizaria de Sistema de Senhas Seguras. Ou Sistema 3S. A palavra sistema, seguida de uma sigla, é mágica!

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Inicialmente, o usuário, com uma senha atualizada mensalmente, entraria em uma página que permitisse uma nova composição, apenas para aquele único acesso, cujas exigências mudariam, randomicamente, de hora em hora. Após sua aplicação, teria que responder a algumas perguntas só de seu conhecimento pessoal como o nome da mãe, nome do pai, número do chassis de seu veículo, nome da atendente do convênio que o recepcionou pela última vez. Aí, ele deveria datilografar as letras que aparecem num rabisco, onde não se consegue discernir se é v, w, m ou o. Acertada a questão, o infeliz poderia, blasfemando, entrar no sistema para atender ao mando urgente do seu chefe, que já estaria para demiti-lo.

E podemos concluir outra característica nessa história.

Como convivem e se espelham na linguagem dos computadores, esses meninos sabem raciocinar com rapidez e precisão, mas não pensam.

Sérgio Antunes de Freitas

31 de março de 2013

BRAZIL: A TRAGÉDIA, A PRESIDENTA, OS POLÍTICOS, O BISPO E UM SERMÃO BOCA DO INFERNO!

Efecto Francisco' en Brasil

Por: Juan Arias | 28 de marzo de 2013

El “efecto Francisco” lo habían anunciado los publicitarios brasileños: la fuerte inclinación del papa Francisco hacia los pobres, su vida sencilla, y sus denuncias contra las injusticias sociales, acabarán, según ellos, teniendo un efecto de contagio entre sacerdotes, obispos y cardenales. En Brasil eso acaba de suceder en la catedral de Petrópolis, la preciosa ciudad serrana de Rio de Janeiro, meta de turismo internacional.

El obispo Gregório Paixão celebró días atrás una misa por las 33 víctimas mortales producidas por las lluvias torrenciales que ya años atrás se habían cobrado centenares de ellas, todas de familias pobres que, al carecer de habitación, se fueron año tras año apiñando en las laderas de la ciudad, tierra movediza que acabó engullendo a las barracas y causando muerte y destrucción. Allí el obispo pronunció un discurso duro contra las responsabilidades de los gobernantes, presentes en abundancia en el acto religioso.

Para entenderlo hay que recordar que, tras la tragedia anterior a la de este año, en 2011, en la que murieron cientos de personas, las autoridades federales de Brasilia y las estaduales de Rio, habían destinado millones para ayudar a las víctimas, construirles casas dignas fuera de aquellos “morros” siempre peligrosos, y cuidar de los desabrigados. Al lugar se había trasladado ya en 2011 la presidenta Dilma Rousseff junto con el gobernador de Rio, Sérgio Cabral,cargados de promesas y buenas intenciones. Lloraron juntos los muertos y consolaron a los heridos y sin casa.

Se supo después que buena parte del presupuesto destinado a las víctimas de la tragedia de las lluvias acabó en los bolsillos de políticos y administradores, muchos de los cuales fueron alejados de sus puestos. Se llegaron a distribuir los fajos de billetos dentro de un retrete. Los desalojados de sus casas, que perdieron todo, siguieron sin habitación y muchos de los supervivientes se volvieron al lugar de la tragedia para reconstruir sus chabolas. Y han acabando muriendo esta vez.

Desde Brasilia obligaron a las autoridades locales a colocar sirenas que avisaran la llegada de las lluvias para que los habitantes de aquellas laderas y los que viven al lado de los ríos, pudieran huir para refugiarse lejos del lugar. Cuando este marzo el agua regresó, y con ella otros muertos y heridos, las autoridades acusaron a los habitantes de no haber querido dejar sus casas desobedeciendo a las sirenas. 

Ante las experiencias pasadas, aquellas pobres gentes, por miedo a perder las pocas cosas que poseen en sus chabolas, prefirieron desafiar el peligro. “¿Donde quieren que vayamos en el corazón de la noche, con el agua hasta el cuello, teniendo que dejar lo poco que tenemos? Mejor morir aquí, porque además ya no creemos a las promesas de los políticos”, decía una madre de cuatro pequeños que al amanecer arrastraba dentro del agua un colchón, mientras la ayudaban voluntarios a salvar su vieja nevera.

En ese clima, el lunes pasado, tuvo lugar la Misa por los Difuntos en la catedral de Petrópolis. En primera fila estaban las máximas autoridades, desde la Presidenta Dilma, visiblemente emocionada, al gobernador Cabral, alcaldes y demás políticos. Y en ese momento, se pudo advertir el llamado “efecto Francisco”. En los diarios se destacaban aún los gestos del nuevo papa a favor de los más pobres y sus duras palabras de condena contra la desidia de los responsables por dicha pobreza.

Y a la catedral acudieron más de cien personas con pancartas de protesta que levantaron durante la comunión en las que se leía: “No queremos su oración, queremos su acción”, o “33 años de omisión enriqueciéndoos con nuestro dolor”. El obispo, en su homilía, calificada por la prensa de “dura y emocionante”, mostró en aquel acto litúrgico, el “efecto del papa Francisco”. No fue complaciente con las autoridades presentes. Les recordó que “las víctimas continúan gritando desde el silencio que llamamos muerte" y piden, dijo, "que a los que aún están vivos, no tengamos que verlos muertos en la próxima tragedia”. Pidió a los responsables del gobierno que “se pusieran manos a la obra” para que, el año próximo, “no tengamos que volver aquí a llorar a los nuevos muertos”.

Contra las críticas de los gobernantes a aquellas gentes que se niegan a dejar sus chabolas cuando arrecian las lluvias, el obispo defendió: “Ellas se van a vivir en esos lugares peligrosos porque no les dan otras opciones”. Dirigiéndose directamente a los políticos presentes, les recordó que “la pobreza empuja a esos pobres hacia estos lugares inadecuados. Muchos son subempleados. Soñaban con tener una casa con varios cuartos como las vuestras, con vista desde lo alto de los “morros”, y acabaron en chabolas, donde cinco hijos duermen en el mismo cuarto”. Concluyó: “La sangre de los inocentes grita en medio al lodo y en medio a las lluvias golpeando nuestros ojos y nuestros oídos El silencio de los muertos continúa gritando para los que aún están vivos no tengan que seguir muriendo”.

Es posible que el papa Francisco aplaudiera al obispo que habló fuerte, frente a las autoridades presentes, en defensa de aquellos pobres y olvidados. Quizá por ello se empieza a decir que el mundo político habría preferido un papa “menos peronista”. Los cristianos prefieren llamarle “evangélico” a secas. Y les están gustando sus gestos que lo acercan a la gente de la calle más que a los poderosos de los palacios.

En el cónclave les había dicho a los cardenales presentes en el nombramiento del nuevo papa que la Iglesia debe salir de sí misma y de su teología narcisista para ir al encuentro "de la periferia del mundo".

Aquellas palabras duras, divulgadas ahora por un cardenal cubano tras haber sido dispensado por el papa Francisco del secreto del cónclave, acabaron colocándolo con mucha probabilidad, en la sede de Pedro. Ahora la periferia pobre, exlotada y olvidada del mundo lo está esperando.

El cardenal Bergoglio, futuro papa, en una favela de Buenos Aires

BRAZIL: 50 TONS DE...fanfarronice!

FLOR

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Marina da Silva

_ Ô de casa! Zezé?

Trepada na goiabeira ao fundo do quintal, Aline sentiu um arrepio e um mal estar, espécie de mau agouro, quando reconheceu a dona da voz. Era assim que sempre se sentia quando aquela visita chegava irrompendo pela sala, chamando pela dona da casa, sua mãe, conhecida por todos como dona Zezé. Nos fundos do quintal, numa fornalha de barro com trempe de duas bocas, que o pai fizera há poucos dias, Maria Josefina mexia o "sabão de quadro" que estivera preparando desde muito cedo.

Devia ser umas duas horas da tarde. O calor escaldante do verão no cerrado tornava-se insuportável à beira da fornalha. Zezé estava naquele trabalho desde manhãzinha e respondeu o cumprimento da prima, mandando que esta se achegasse. Com um olhar incumbiu Aline de continuar cuidando da mistura e foi até a cozinha receber dona Flor do Salustino, como todos a conheciam.

Maria das Flores era uma mulher encorpada, feia e atarracada, uma macho-fêmea, como escutara várias vezes a família dizer. Fora casada com um salafrário! Era o modo dela se referir ao marido, o senhor Juliano Salustino, moço bonito e desajuizado. Todo mundo conhecia Flor e sua fama de valentona, mulher que encarava qualquer homem e que gostava de se gabar, contando como estourara um bordel buscando o marido na bala e fazendo o maior fuzuê na casa das 'mulheres-de-zona". 

 Salustino era no seu dizer um raparigueiro. Gostava de jogatinas, bebidas e de raparigas. E após a empreitada de Flor na zona, o homem virou um santo! Ela adorava contar a sua façanha. De como arrebentou a porta do "redevú" com o pé e tirou o homem de lá à bala, no tiro. O pobre na correria, esqueceu a roupa e saiu correndo pelado janela afora. Ele e alguns companheiros de farra que estavam na maior folia, safadezas e indecências. O homem não durou muito e Flor ficou viúva eterna, pois não havia homem no lugar que encarasse mulher tão brava, que recebia os pretendentes à bala.

A família toda dizia que na verdade, ela não gostava mesmo de homem, era mulher-macho, feia que nem diabo, de bigode, uma pinta grande e cabeluda na bochecha gorda e muito "arrastadeira" de bagaço. Os homens da família a respeitavam, mas por trás metiam o malho e caçoavam desta mania de valentona e de botar banca com todo mundo.

Aline desceu rápido, deslizando pelos galhos da goiabeira e em três movimentos já estava no chão, em pé frente ao forno e remexendo o sabão conforme as ordens da mãe. Lá ia pelos seus doze, treze anos. Magrela, feinha, a cara repleta de espinhas, nariz chato, cabelo pixaim, mais fina que a colher de pau com que mexia o sabão.

Não gostava de Flor. Nem ela nem sua irmã mais velha, Morgana. Esta sempre que as via, as chamava sorridente e debochada, de meninas feias. Não que isso importasse ou que não fosse verdade, mas encabulava e dava uma raiva, um ódio terrível daquela macho-fêmea, que para capeta só faltava o rabo! A irmã mais velha ignorava totalmente a outra, mas Aline, apesar de não gostar de ser chamada de feia, pelo menos uma vez por semana, quando das visitas, gostava muito das histórias de valentia de Flor. A mãe e ela tinham boa amizade, o pai fingia de morto quando a visita estava em casa e como ela não tinha nem dia nem hora para aparecer, o que sobrava mesmo era assombrar quando ela dava as caras. Chegava pisando forte e já ia adentrando a casa como é de costume no interior. As portas estão sempre abertas, não há muro e nem cercas e estas quando existem são baixas e muitas vezes sem portão como na casa de dona Zezé.

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Flor tinha porte além da fama de valente. Vizinho não se metia com ela, nem na roça nem aqui na cidade. Trazia notícia de tudo, de todos e de quantos ela havia peitado naquela semana: padres, professores, açougueiros, médico, amolador de facas, dono da vendinha, a rapariga da filha de fulano, os lesados dos filhos de sicrano e por aí afora!

O café vinha e era tomado ali mesmo no quintal, enquanto a mãe de quando em vez passava o olho no sabão para ver se estava no ponto de tirar do fogo e colocar para endurecer nas fôrmas.

Uma, duas, três horas de conversa. Enquanto a mãe dava os últimos tratos no sabão e punha água na lata de vinte litros para aproveitar as brasas e dar banho nos filhos pequenos, Flor conversava sem parar, pulando de um causo a outro até chegar no defunto falecido. Trepada em cima da pedra de lavar roupas, fingindo não prestar atenção, Aline tirava água do tambor e lavava o enorme caldeirão em que fora feito o sabão e se deleitava com a conversa.

_ Eu acabei com a festa dele logo no início do casamento! E lá vinha a estória do estouro no “redevú”. Flor estava casada de pouco, com um primo. Casamento encomendado desde quando eles eram pequenos. Ela nunca havia se interessado pelo assunto, mas não deixou de cumprir o que os pais haviam ajustado quando eles ainda eram crianças. O casamento foi como qualquer um, com muita festança. Matou-se uns capados, um novilho e tinha muitos doces, biscoitos, bolo, pinga feita na roça, cantoria de viola e sanfona. Foram três dias de festas e o noivo mostrava-se muito feliz.

Logo nos primeiros meses de casamento, o tal Salustino começou a botar as manguinhas de fora. Sumia ao entardecer e só voltava altas horas da madrugada. Flor só o espreitava.  Ela dizia que ficou dando corda para o falecido que vendo que a mulher não se importava, foi sumindo com maior freqüência sequer suspeitando de armadilha!

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Certa noite, aprumou cedo, cheiroso, arrumado e se bandeou lá para os lados da casa das quengas. Flor já estivera no seu encalço e só estava aguardando o momento exato para dar o bote, um  "nhac" nele! E aconteceu! Sem desconfiar das intenções da esposa, Salustino se encaminhou para uma noitada no bordel. Esta era a parte que Aline mais gostava de ouvir. Flor arreou o cavalo, botou a garrucha na cintura e foi baixar, lá pelas tantas da madrugada, no redevú. Desceu do cavalo atirando e botando a porta da choupana abaixo, no pé. Lá dentro, na maior algazarra, sem-vergonhices e indecências, estava Salustino e outros homens, atracados nas mulheres. Foi um fuzuê só, de homens correndo e pulando pelados pelas janelas e portas dos fundos! Eram inevitáveis as gargalhadas! Senhor Salustino entrou nos eixos, mas não durou muito, teve morte besta caindo de um cavalo. Flor teve uma filha com ele, mas nunca mais quis saber de homens. Só se fosse para peitar e bater! A danada era tão brava que a última que aprontou foi cuspir na cara de um delegado e ainda chamar o cabra de crioulo, meganha, macaco, pau-mandado e tudo porque foi flagrada dirigindo sem carteira e ainda por cima a danada usava como combustível um bujão de gás de cozinha, numa gambiarra maluca e perigosa numa BR movimentadíssima! Moral da história: Flor foi presa por desacato à autoridade e ficou uns bons dias no xilindró berrando e xingando tudo quanto é nome feio, pois boca suja estava ali.

O delegado não refrescou nem facilitou nada! Nem pela idade avançada, nem por ser mulher! E a parentela toda aproveitou para ir a forra e tirar um sarro com a cara da valentona que se não saiu enquadrada, pelo menos murchou mais o papo e teve que enfiar o rabo entre as pernas!

 

BRAZIL: MEIO COPO VAZIO.

Meu Canto (ou versos improváveis)

A Jem

Sabia que seria assim. Conheço-me.
As previsões me acompanham os fracassos. Chuva e lama.
Não é a primeira vez; não será a última. Lamentos.
Tento desviar-me de mim. (Jamais o consigo.)
Sorrio para você. Quero feri-la com palavras.
Ofender seus mistérios. Violar suas nuances...
Desejo mesmo ser vil. Matá-la, se preciso.
Faltam-me os meios, os modos. Subjugações.
Sou seu. (Sempre serei.) Obediências; involuções.
Minhas asas quebradas - mais uma vez.
E outra... E outra... E outra vez.
Invade-me os sonhos. Sequer neles, sequer neles sou capaz de vencê-la.
Não obstante, eu juro. Odia-la-ei, um dia.
Um dia. (Não hoje.)
Hoje...

BRAZIL:INTOLERÂNCIA SUPERA DIREITOS HUMANOS!

13/03/2013 - 03h30

Comissão do deboche

Hélio Schwartsman

SÃO PAULO - A eleição do pastor Marco Feliciano (PSC-SP) para presidir a Comissão de Direitos Humanos e Minorias da Câmara (CDHM) é uma piada de mau gosto. Suas declarações, que não ocultam um tom homofóbico e racista, representam algumas das visões de mundo que a CDHM tem por missão combater.

Isso posto, penso que a campanha para retirá-lo do cargo --que considero válida-- está assumindo um caráter muito mais pessoal do que deveria. Feliciano, afinal, não tomou a comissão de assalto. Ele chegou aonde chegou devido a uma sucessão de eventos cujas responsabilidades precisam ser corretamente atribuídas.

E, se a ideia é repartir culpas, bodes expiatórios é o que não faltam. Há desde desalinhos institucionais, a exemplo do sistema de voto nominal e proporcional, que facilita a formação de bancadas temáticas como a evangélica, com uma força que transcende o peso da religião na sociedade, até o pecado da gula, pelo qual o PT abriu mão da CDHM, que comandava havia décadas, em troca de comissões mais vultosas. A força descabida que microssiglas exercem no sistema e o descaso que parlamentares desenvolveram para com a imagem do Legislativo são outros elementos que precisam entrar na conta.

O fato é que o polêmico pastor, o qual, vale frisar, tem direito a suas opiniões, por mais equivocadas e extemporâneas que nos pareçam, não é o único e talvez nem o maior responsável pelo deboche que se fez com a comissão. Não é justo, portanto, que a ira de cidadãos indignados e militantes de direitos humanos recaia exclusivamente sobre ele.

Imaginemos que, amanhã, cientistas comprovem a hipótese, bastante plausível, de que o fundamentalismo religioso é uma condição neurológica sobre a qual seus portadores têm pouco ou nenhum controle, a exemplo da gagueira ou da esquizofrenia. Creio que, neste caso, teríamos de incluir o pastor entre as minorias a serem protegidas pela CDHM.

Hélio Schwartsman é bacharel em filosofia, publicou "Aquilae Titicans - O Segredo de Avicena - Uma Aventura no Afeganistão" em 2001. Escreve na versão impressa da Página A2 às terças, quartas, sextas, sábados e domingos e às quintas no site.

• helio@uol.com.br

BRAZIL: VERGONHA, DESONRA, DESGRAÇA!

BRAZIL. MINAS GERAIS. BELO HORIZONTE

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Marina da Silva

VERGONHA, DESONRA, DESGRAÇA

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ESTUDANTES DA FACULDADE DE DIREITO/UFMG [Universidade Federal de Minas Gerais] APLICAM TROTE RACISTA, ESPÚRIO EM CALOUROS COM MENSAGEM CLARA E OFENSIVA A MULHERES, NEGROS E PRINCIPALMENTE AOS JUDEUS!

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18 DE MARÇO É O DIA EM QUE SE COMEMORA A VINDA DE IMIGRANTES JUDEUS PARA O BRAZIL E, EMBORA TENTEM VENDER O TROTE COMO INOCENTE E MERA BRINCADEIRA, A AÇÃO RACISTA E INTOLERANTE DOS ESTUDANTES É CLARÍSSIMA: DOIS CALOUROS, UMA MENINA PINTADA DE PRETO É CHICA DA SILVA, UM GAROTO AMARRADO NA PILASTRA PINTADO DE VERMELHO E COM BIGODE HITLER RECEBE A SAUDAÇÃO DO DITADOR! UMA IMAGEM VALE MAIS QUE MIL PALAVRAS????

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UMA IMAGEM VALE MAIS QUE MIL PALAVRAS????

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NO DIREITO SIM: CRIME INAFIANCÁVEL; BOLETIM DE OCORRÊNCIA E PRISÃO SEGUIDA DE APURAÇÃO E EXPULSÃO DOS TROTISTAS QUE MANCHARAM NÃO SOMENTE A FACULDADE DE DIREITO, A UFMG, BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, O BRAZIL E O MUNDO! PARA RACISTAS TOLERÂNCIA ZERO E OS RIGORES DA LEI!

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Art. 5, inc. XLII da Constituição Federal de 88Compartilhe

"Constituição Federal de 1988 .
Art. 5º Todos são iguais perante a lei, sem distinção de qualquer natureza, garantindo-se aos brasileiros e aos estrangeiros residentes no País a inviolabilidade do direito à vida, à liberdade, à igualdade, à segurança e à propriedade, nos termos seguintes:

XLII - a prática do racismo constitui crime inafiançável e imprescritível, sujeito à pena de reclusão, nos termos da lei;"

CUMPRA-SE A LEI!

OS BLOGS, TWITTER E FACEBOOK MARINA DA SILVA REPUDIAM E PEDEM CUMPRIMENTO IMEDIATO DO DIREITO: PUNIÇÃO IMEDIATA AOS INFRATORES NOS RIGORES DA NOSSA CARTA MAGNA DE 1988!

EM NOME DOS MINEIROS, BRASILEIROS E DO MUNDO PEÇO JUSTIÇA, DESCULPAS AO MUNDO, AOS JUDEUS, AOS NEGROS, MULHERES E DECLARO LUTO!

www.google.com.br/images FORA O RACISMO NO BRAZIL! EU DIGO NÃO AO RACISMO!



BRAZIL: 50 TONS DE CINZA!

17 MARÇO 2013

AMOR DE PRIMAVERA

www.google.com.br/images. Cena do filme "Meu primeiro amor".

Marina da Silva

Tinha então doze anos e foi quando começou a se interessar por fotonovela, meninos, xampu, saias curtas, vestidinhos, perfumes, pulseiras, anéis, batons. Coincidentemente ou não, tudo teve início quando, repentinamente, sem explicação nenhuma e do meio do nada seu corpo começou a mudar.  Espichou, engordou e logo a seguir uns peitos redondinhos e bicudinhos pululavam sob suas roupas; então um dia veio a dor de barriga lancinante, inexplicável e saiu sangue no xixi. Uma mocinha! Comunicaram-lhe. E toda a família, próxima e distante se alegrou com sua dor e ela intrigada não compreendia tamanho alvoroço e muito menos porque lhe davam presentes por coisa tão esquisita e dolorida! Se ao menos fosse uma data especial, seu aniversário ou se o vovô estivesse chegado a casa... Ele sempre lhe trazia presentes. Uma mocinha! Diziam felizes todos na casa. E como mocinha sentiu vontade de mexer nas coisas da mãe, vê-la se arrumar, maquiar-se, colocar lindos brincos. 

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Espiava as mulheres da casa na hora em que trocavam roupas para ver se havia mais alguma coisa estranha nos seus corpos.  Um dia passou a roubar com muitas artimanhas as revistas de fotonovelas da mãe e lendo-as escondida transformava-se em Katiúscia, a mocinha da estória. Trepada  no pé de goiaba imitava-lhe as falas, gestos e olhares lânguidos e adocicados beijando molhado as goiabas e massageando o sexo com um pauzinho de goiabeira. Não entendia porque seu corpo exigia aquilo, apenas fazia!

O beijo era  um mistério! As bocas encostadas, comprimidas, os lábios quase a desaparecer...resolveu experimentar! Primeiro com o espelho, o que lhe valeu uma reprimenda da mãe. Mas que diabo! Esta danadinha além de acabar com meus batons ainda emporcalha todos os espelhos da casa! Era melhor não chamar a atenção dos adultos para suas diabruras - decidiu - então passou a espionar os pais e os namoros das irmãs. Montou um quartel general na sala e fingindo brincar com suas bonecas observava de soslaio, dissimulada, os casais. Sussurram muito, sorriam o tempo todo e quase gargalhavam quando alguém mencionava a palavra “vela”.  As mãos sempre nervosas não paravam quietas e ainda havia um ritual esquisito no sofá que lembrava uma dança – ora juntos coladinhos ora longe guardando espaço entre si assim que ouviam tosses ou os pigarros dos pais. Os beijos:..beijavam-se. Um roçar de lábios, um estalinho nas bochechas, testa, ombros, mãos e braços. Os beijos de Katiuscia, três quadros da fotonovela, jamais aconteciam.

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 Devia mesmo ser coisa de fotonovela! Desinteressou-se na mesma velocidade com que se interessou em flagrar um beijo de verdade e voltou feliz experimentando papel, frutas, o travesseiro. Se pelo menos os pais permitissem que ela assistisse as novelas na TV!  Parecia haver alguma coisa estranha com seu corpo como o que acontece com a lua, uma fase de formigamento, comichões e gastura de algo que desejava e não sabia o quê!  Assim como a lua seu corpo tinha fases. Uma fase que seu corpo tremia, tinha ânsias de colocar em prática o seu lado Katiuscia, aquele que lhe dava fome de beijos e de enfiar a mão dentro da calcinha. 

Você sabe beijar! Perguntou-lhe um dia um primo que junto a ela no fundo do quintal espiava por uma fresta no muro uns ciganos, seus novos vizinhos e suas exóticas danças.  Claro que sei! É assim... chegou o rosto bem pertinho do dele, trancou os lábios e os apertou nos lábios do menino. Estava dada a primeira lição.

Aos quatorze conheceu Beto e de tanto treinar beijo com o primo sentia-se uma doutora no assunto beijo. Na primeira semana do namorico após as rotineiras espremidas de lábios e boca o garoto pouco mais velho que ela lhe confidenciou

_ Você não sabe beijar...não é assim desse jeito!

_ Então me ensina ué!

_ Abra a boca _ pediu. Então enfiou a língua dentro da sua boca, passeou com ela de um lado para outro tocando o céu da boca, debaixo da língua, as bochechas, trançou língua com língua ora mordiscando ora chupando, sugando até lhe dar falta de ar e câimbras! No primeiro instante ficou enojada, ensaiou uma leve ânsia de vômito, mas como queria muiiito aprender a beijar, respirou e deixou acontecer. 

www.google.com.br/images E o vento levou...

Aos poucos aqueles movimentos, a saliva doce e quente, as mãos dele passeando por suas costas e nuca  amarfanhando seus cabelos deixaram-na embriagada, arfando muito, as pernas trôpegas e bambas. Sentia o ar lhe faltar e um friozinho gostoso passear pela barriga e espinha. Percebeu também uma quentura e umidade gostosa entre as coxas, umas revirações estranhas no estômago que se irradiava por todo o seu ventre. Gostou muito daquilo tudo! A partir desta descoberta aprendeu a beijar e passou a exigir mais e mais treinos. Nunca ficava satisfeita, sempre ficava um sentimento de coisa inacabada que ansiava por completar.

Quanto mais demorado o beijo mais e mais queria colar seu corpo ao corpo pulsante do rapaz. Então aconteceu o primeiro baile, um bailinho da escola para o qual treinou dançar música lenta com seu urso Sansão por quase dez dias, incansavelmente. Foi ao som de Michael Jackson, Ben, sua música favorita da trilha sonora do filme daquele menino e sua amizade com um ratinho. Quem os via ao longe, grudados, coladinhos sorriam como se vissem gêmeos siameses tão amalgamados que estavam um no outro. Beto a brindou com dezenas de seus beijos favoritos, mas em determinado momento distraia-se lhe penteando os cabelos, com os dedos, colocando-os atrás da sua orelha. Uma onda de eletricidade assaltou-lhe o corpo já trêmulo percorrendo toda a sua espinha como uma indomável correnteza de rio quando o rapaz mordicou-lhe a orelha sussurrando palavras gostosas no seu ouvido. Um prazer imensurável tomou conta e deixou hiper excitado todo o seu ser.

www.google.com.br. A saga Crepúsculo, o amor impossível entre o vampiro Edward e a donzela desengonçada Bella Swan que enlouqueceu milhões no planeta!

Então ela fechou os olhos e gemendo de prazer sentiu-se desfalecer. O casal movia-se tão lentamente que vistos ao longe era impossível distingui-lo tão imperceptíveis eram seus movimentos e tão amalgamados estavam um no outro. O tempo parou, era incrível tal sentimento. Não existia mais relógio a não ser o compasso pulsante dos dois corações. Um desejo premente embaralhava-lhes os pensamentos e pouco lhes importava o lugar ou qualquer outra coisa no mundo! Poderiam morrer e que se acabasse tudo enquanto  durassem aqueles carinhos e seu beijo Katiuscia!

 

www.google.com.br/images. 50 TONS DE CINZA: a trilogia que vem alvoroçando o mundo, especialmente o feminino, com um príncipe Século XXI que enloquece as mulheres e vem  causando ciúmes inveja aos homens!